RVLXNS es un ciclo de tres poemas sinfónicos que en conjunto forman una sinfonía en tres movimientos. Cada poema aborda un aspecto distinto de los taínos, el pueblo arahuaco que habitó el Caribe, principalmente las islas de Borikén (Puerto Rico) y Kiskeya (República Dominicana y Haití), así como sus vecinos, los caribes, durante el siglo XV en el momento de la llegada de los europeos.
Según los relatos de Bartolomé de las Casas, el fraile dominico que acompañó una de las primeras expediciones españolas en el siglo XVI, la sociedad taína era en gran medida pacífica y próspera. Su forma de vida giraba en torno a la agricultura, el comercio, la artesanía, el arte, la música, el deporte y los rituales comunitarios, más que a la guerra. La llegada de los conquistadores trajo consecuencias devastadoras: los taínos fueron obligados a trabajos forzados y a la esclavitud, muchas mujeres fueron tomadas como concubinas, y toda resistencia fue reprimida con brutalidad. Epidemias como la viruela, introducidas por los europeos, aceleraron su colapso.
Hacia mediados del siglo XVI, la sociedad taína casi había desaparecido. Lo que queda son fragmentos: pequeños enclaves de descendientes que sobrevivieron en el exilio, yacimientos arqueológicos dispersos, un puñado de palabras que pasaron al español caribeño y las huellas de un legado genético preservado a lo largo de los siglos, a menudo a través de las mujeres tomadas por los conquistadores.
RVLXNS fue concebida como un tributo al pueblo taíno, a su cultura, sus creencias, sus esperanzas y temores.
Los tres poemas sinfónicos que conforman RVLXNS son palíndromos, cada uno con una duración exacta de 10 minutos (600 segundos), con su punto medio ubicado en el minuto 5 (300 segundos). El primero y el último funcionan como reflejos en espejo, mientras que el poema central actúa como una meseta, creando un palíndromo general a lo largo de toda la obra.
Al componer la sinfonía mantengo siempre un compás regular de cuatro tiempos, pero recurrí a pulsos rápidos y a estructuras temáticas de gran escala para generar hipermetros, con agrupaciones cambiantes de pulsos a nivel macroscópico y, en ocasiones, secuencias logarítmicas de hipercompases.
Me esforcé por evitar cualquier cliché rítmico o estilístico que intentara recrear un estilo musical taíno. En su lugar, el uso de instrumentos no tradicionales, como campanas de viento de madera o una caracola, tiene únicamente el propósito de representar una historia o personaje taíno en particular.
RVLXNS fue compuesta entre el 2016 y el 2018.
-Dan Román
Juracán Juracán
Anacaona Anacaona
Revolución Revoluciones
La palabra "huracán" proviene de Juracán (Hurakán), conocido por los taínos como una fuerza de destrucción ciclónica al servicio de la diosa del caos, Guabancex.
Más que recrear simplemente el sonido de una tormenta, busqué evocar la sensación de asombro y terror que los taínos pudieron haber experimentado ante un fenómeno semejante.
Habiendo vivido el paso del huracán Hugo en 1989, recuerdo vívidamente los sonidos del viento: semejantes al despegue de un avión, al paso de un tren de carga a gran velocidad, o a los rugidos profundos de un monstruo gigantesco en el cielo. En ausencia de conocimientos meteorológicos, es comprensible que tales fuerzas fueran interpretadas como un evento sobrenatural.
La estructura palindrómica de esta pieza refleja la forma espiral de un huracán, con bandas de vientos que giran desde el centro y un ojo claramente definido que ofrece un momento de calma inquietante. Dos clímax representan la furia de Juracán en todo su poder y la voz aterradora de la tormenta desde lo alto.
El viento, la lluvia y el agua que fluye sirven como temas unificadores en toda la sinfonía, representados musicalmente aquí y en los dos poemas siguientes.
Esta obra fue compuesta en el otoño de 2016, un año antes de la devastación causada por el huracán María.
Anacaona, cacica taína y compositora de cantos llamados areytos, se rebeló contra los conquistadores a comienzos del siglo XVI como respuesta a la opresión de su pueblo. Fue finalmente capturada y enfrentó un ultimátum: convertirse en concubina de un oficial español o ser ejecutada. Eligió la muerte, uniéndose a sus compañeros insurgentes taínos en un acto de desafío.
Esta composición entrelaza varias canciones populares que han rendido homenaje a Anacaona, fusionándolas en un motivo único. Ese motivo se expande hasta ocupar la primera mitad de la obra (120 compases) y regresa en retrogradación en la segunda mitad. Al mismo tiempo, asciende gradualmente de un registro a otro, simbolizando el viaje espiritual de Anacaona. Dos veces, su ascenso se ve interrumpido por momentos de brutal injusticia, pero la música finalmente se eleva hacia los ámbitos del aire y las estrellas, donde se escucha un llamado distante con su nombre, tal vez proveniente de sus ancestros espirituales, tal vez resonando desde generaciones futuras.
La pieza fue compuesta en el otoño de 2017, poco antes de que la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, evocara la resistencia de Anacaona al denunciar públicamente la respuesta inadecuada del gobierno federal de Estados Unidos tras la devastación causada por el huracán María.
La narrativa del ahogamiento de Diego Salcedo en 1511 suele presentarse como un intento de los taínos para comprobar la supuesta divinidad de los conquistadores. Esta interpretación, sin embargo, presupone que los taínos eran más ingenuos de lo que la evidencia histórica indica. Es posible que el ahogamiento haya sido un acto político contra la conversión forzada, que entonces incluía el bautismo por afusión o inmersión según la tradición cristiana medieval.
Esta composición se inspira en la serie de levantamientos de los taínos y caribes contra los conquistadores a finales del siglo XV y comienzos del siglo XVI, con el ahogamiento de Salcedo como un episodio central y decisivo.
Aunque los levantamientos fracasaron en última instancia, en gran medida debido a la superioridad tecnológica de los soldados europeos, quedaron relatos de audaces ataques desde las selvas y bosques caribeños. A medida que la música avanza hacia su conclusión, busca transmitir ese impulso de resistencia proyectado hacia el futuro.
La obra fue compuesta entre la primavera y el otoño de 2018, poco antes de que masivas manifestaciones en Puerto Rico obligaran al gobernador Ricardo Rosselló a renunciar en agosto de 2019, tras un escándalo en el que realizó comentarios crudos y denigrantes sobre adversarios políticos, entre ellos Carmen Yulín Cruz, quien había defendido a las víctimas del huracán María.